La planta embotelladora de Pepsi-Cola de Ciudad Altamirano, ubicada en el municipio de Pungarabato, Guerrero, cerró sus operaciones y liquidó a sus 70 trabajadores, debido a la inseguridad que prevalece en la zona.
Empleados del grupo denunciaron que desde hace varios meses comenzaron a recibir amenazas, cobro de cuotas y agresiones por parte del crimen organizado quienes pretendían tener el control del producto encareciéndolo para obtener mayores ganancias.
Se trata de la segunda empresa refresquera que cierra sus puertas en los últimos cuatro meses en este municipio.